viernes, 8 de febrero de 2008

Te di la vida entera...


Te di la vida entera, te di mi todo mi ser, viví por ti cada segundo, sin pensar, sin reclamar nada a cambio, y solo obtuve tristera, miseria, penuria y desolación.
Te di la vida entera, guarde mi alma entre tus brazos, entregué mi cuerpo a tus caricias y mis labios rebosaban de besos para ti.
Te di la vida entera y después me la robaste, la hiciste pedazos y la soltaste para que el viento se llevara mi último aliento. Ahora lloro y me lamento frente a tu puerta ya cerrada, bajo una cerradura que ni cien llaves abrirá, treinta años te esperado, y solo un dia para perderte.

Te di la vida entera y ahora camino bajo la lluvia, mi pelo empapado, por las lágrimas de los angeles caidos como yo, se pega a mi rostro mientras busco un camino de salida a este infierno terrenal que tu despedida ha creado a mi alrededor, las ropas mojadas me abrazan, acarician mi piel recordandome cuantas veces nos hemos amado al anochecer mientras la bóveda tiznada de perlas era testigo de cada gemido, que tus fuertes ansias de gozarme, esbozaban de mi voz, casi apagada ahora por la incertidumbre de lo que ya nunca más tendré. Tu amor me hace pezados, tu recuerdo me hace pedazos, tu imagen me hace pedazos.



Te di la vida entera, te la di a ti porque me la pediste, te la di porque te quise y ahora no tengo nada, mi vida la tienes tú, y no te importa destruirla, no te importa despedazarla, no te importa nada.
Te di la vida entera y ahora caigo arrodillada ante el firmamento, y suplico por olvidar que te ame una vez, por borrar cada recuerdo que me atormenta cada noche, por arrancarte de mi vida de una vez por todas. Ojalá fuese más fácil vivir con este amor que tanto daño nos hace, ojalá fuese más fácil no llorar por cada recuerdo que a la mente me viene de ti. Me cuesta tanto olvidar tus besos, tus abrazos, cada detalle que tenías conmigo... como puedo acabar con este amor que me quema por dentro todavía, como puedo dejar de quererte si aún odiandole te sigo amando...


Te di la vida entera, y ahora ya no amanece, la noche eterna embarga mi camino destinandolo hacia un edén taciturno y sobrio, donde los arboles podridos ya no alimentaran mi alma, y en que el un dios injusto y perverso juega a las marionetas desde su Olimpo, alejandome del mundo luminoso que una vez conocí y que tan feliz me hizo sentir, para entregarme al abrazo eterno de Morfeo, en un sueño sin retorno donde solo hay debilidad y dolor.
Te di la vida entera y de nada me sirvió, pues tú, egoista e indolente acabaste con mi estela, rasgando toda ilusión que con devoción había depositado en tu altar.


Te di la vida entera, y ahora que haré yo, si sólo soy una sombra que se difumina sin color, si mi vida ya no es mía, si me la robaste con tu amor...

1 comentario:

  1. No vuelvas a darle la vida a nadie, mi querida amiga, pues tu existencia es sólo tuya y no merece la pena que confíes en el tipo de personas que suele abundar hoy día en este mundo.
    Desgraciadamente ya no quedan muchos seres esencialmente buenos como nosotros, desinteresados, que valoren los sentimientos, que crean en la sinceridad y en el amor.
    Así que guárdate tu vida, a menos que encuentres a alguien especial. Te deseo toda la suerte del mundo para que tengas esa dicha, de encontrar a alguien que realmente te merezca y que sepa ver lo mucho que vales.
    Yo creo que he perdido ya la fe y cada día que pasa me convenzo más de que mi destino es la soledad.
    Rogaré al cielo para que aparte de ti ese cáliz.
    Más allá de todo esto, tu nuevo escrito me ha encantado como siempre y es que tienes un vocabulario y una facilidad para escribir digna de elogio.
    Mi más sincera enhorabuena por saber plasmar con palabras el latido de un corazón o el guiño de un alma. Estoy muy orgulloso de ti.
    Un beso fuerte y cuídate mucho. ¡Ah! y que no se te seque nunca la tinta de tu pluma.

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