Que tu barco siga en mi ruta, hasta el infinito sin parar,
que nunca desvíe su rumbo,por más lejos que me vaya a marchar,
y cuando cansado se te haga el viaje, en mi orilla puedas atracar,
sentarte de nuevo a mi verá y en una estrella la vida posar.
Que tu barco no se detenga, que cruce raudo mi mar,
que por muchos contratiempos, siga la estela de mi mirar,
que los piratas no logren, nunca hacerlo naufragar,
que tú, capitán de palabras, ha buen puerto has de llegar.
Que tu barco no encaye, con las rocas de un acantilado,
pues ese tesoro que traes, es mi bien más preciado,
una amistad que es eterna, que nunca se ha trastocado,
un amistad que en mi cofre para siempre yo he guardado.
Que tu barco navegue por siempre, por los sueños deseados,
y cuenten siempre conmigo, aunque nos creas separados,
que mi faro no se apaga, para que los caminos sean hallados,
que mi faro no se apaga para mis amigos amados.
Acabo de entrar en tu ventana al mundo de las palabras y me llevo la sorpresa de que me haces protagonista de tan rico universo. La verdad es que es un honor ser objeto de tu prosa y he de decirte querida amiga, que me ha hecho una gran ilusión. No creo merecer tanto, porque si yo te he dado mi amistad, es porque tú te la has ganado previamente. Tuve una gran suerte al conocerte, fruto del azar sí, como un guiño del destino y desde entonces, siempre te llevé conmigo pues como dice el anuncio, tú lo vales. Je, je, je. Eres una mujer maravillosa, en todos los sentidos y por ello, siempre podrás contar conmigo, pues yo te ayudaré a cargar con los problemas. Si es verdad que yo fuera un barco, Mónica, tú serías las velas, por lo que no cambies nunca y navega por la vida con la proa siempre alta. Seguro que buenos vientos guían tu travesía y te hacen llegar a aguas más cálidas. ¡Qué te vaya bonito, amiga! y gracias por estar ahí iluminándome con tu luz. Que sepas que por estas tierras del Sur, se te quiere mucho. Un beso enorme y hasta pronto.
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